lunes, 19 de marzo de 2018

Una Macarena en Jaén


Antonio Eslava labró la Virgen de la Esperanza de Jaén en 1952

Tiempo de Cuaresma (XXXIV)
Una Macarena en Jaén

Es un hecho histórico irrefutable que Jaén fue el punto de partida desde el que la advocación de Esperanza llegó a Sevilla, donde enraizó en el barrio de la Macarena para posteriormente extenderse universalmente. Y es asimismo irrefutable que fueron monjes basilios procedentes de Jaén los que introdujeron aquella advocación en Sevilla,  en recuerdo del convento jiennense del que partieron, cuyo nombre no era otro que el de Esperanza.
Los basilios fundaron en 1595 lo que hoy es la Hermandad de la Macarena. Y ahí empezó todo.
La universalización de la Esperanza Macarena alcanzó los más recónditos puntos del planeta, y también de España, donde fue adoptada como patrona y protectora de personas y colectivos. Uno de estos fue el Colegio Oficial de Agentes Comerciales de España, algo que a la postre haría que, de alguna manera, la Macarena llegara también a Jaén, a través de una copia que realizó el imaginero carmonés Antonio Eslava Rubio (1909-1983).
El colegio Oficial de Agentes Comerciales de España nombró a la Macarena su patrona en 1945, y siete años más tarde el colegio local de Agentes Comerciales quiso tener una copia de su patrona en Jaén, para lo que se puso en contacto con el imaginero Antonio Eslava Rubio, de quien tenían noticias que ya había realizado otras copias similares dada su cercanía a la Hermandad de la Macarena, cuyo paso de la Sentencia reformó al retirarle a las imágenes los ropajes de telas encoladas para convertirlas en imágenes de vestir, además de haberle hecho las manos y los pies al Señor de la Sentencia.
La imagen llegó a Jaén en 1952 y es la primera que la imaginería sevillana moderna aporta a la Semana Santa jiennense, excepción hecha de la Virgen del Mayor Dolor, si se considera que Alfredo Muñoz Arcos era sevillano y se había formado en Sevilla, aunque su trabajo lo desempeñara en Jaén.
De cualquier manera, la imagen de la Esperanza no llegó para ser titular de cofradía alguna, sino que era propiedad del Colegio de Agentes Comerciales. La relación con la Cofradía del Perdón llegaría más tarde, cuando ésta se radicó en la recién terminada iglesia de Cristo Rey, donde los agentes comerciales habían depositado en 1954 la imagen de su patrona. Cuatro años más tarde, ambas corporaciones firmarían un acuerdo de cesión de la imagen, únicamente "para los cultos y desfile procesional de la Semana Santa". Para cualquier otro culto era necesario que la cofradía pidiera permiso al presidente del Colegio de Agentes Comerciales, propietario de la imagen, de sus vestiduras y sus ornamentos, tal y como se especifica en el documento, firmado por ambas partes el 18 de noviembre de 1958.
Las copias que hizo de la Esperanza Macarena supusieron para Antonio Eslava el abandono momentáneo de su propio patrón artístico, pues si había algo que lo distinguía a la hora de tallar Dolorosas era que en todas ellas reproducía el rostro de su propia madre, una modista de singular belleza con la que vivió hasta el fallecimiento de ella, en 1975.

© José L. García

Nuestra Señora de la Esperanza, en su paso 

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