martes, 27 de febrero de 2018

El primer boletín

Primer número del Boletín de los Estudiantes, una publicación pionera en las de su clase

Tiempo de Cuaresma (XIV)
El primer boletín

En febrero de 1982, hace ahora justo treinta y seis años, antes de que la Semana Santa se hubiera convertido en un fenómeno de masas sin fronteras, la Cofradía de los Estudiantes se subía al carro de los pioneros y ponía en la calle su primer boletín de información. Hoy en día, cuando el Boletín de los Estudiantes y el de otras muchas cofradías son ejemplo de buen hacer, maquetación cuidada y gran despliegue gráfico, aquel humilde boletín parece fuera de contexto. Pero nada hay más lejos de eso, porque hoy, más de cinco lustros después, a aquellas humildes cuatro carillas de un folio doblado por la mitad y tirado a fotocopia hay que reconocerle haber sido la semilla de la que surgieron otros muchos boletines, algunos de tanta significación como el de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, que todavía tardó cinco años en aparecer. 
Aquel humilde boletín que se adelantaba a los tiempos no tenía portada a color, pero bastaba con que reprodujese el rostro del Santísimo Cristo de las Misericordias en blanco y negro, o en negro y amarillo, porque tal era el color del papel utilizado. La imagen elegida era un dibujo al carboncillo que tres años antes había hecho Viscarré, un dibujante que permaneció varias horas sentado en una silla sobre la mesa del paso del Cristo de los Estudiantes, en la iglesia de Belén y San Roque, hasta que consiguió trasladar al papel el rostro del Crucificado, que aquel día ya había sido colocado sobre el paso de Canales..
En su interior, el primer número del Boletín de los Estudiantes incluía unas palabras del párroco, un saludo del gobernador (lo siento por los puristas) de la cofradía, entonces José Luis Calatayud Lerma, que hacía una breve semblanza de la historia de la Cofradía, y unos breves anuncios de interés general que, bajo la relación completa de los miembros que en ese momento formaban la Junta de Gobierno, anunciaban que el paso de la Virgen de las Lágrimas volvería a llevar costaleros ese mismo año; unos costaleros que se pretendía que fuesen, en su mayor parte, vecinos del barrio de La Merced, al que se había trasladado la Cofradía de los Estudiantes en 1980, hace ya casi cuatro décadas.

En la Cuaresma de 1991, el Boletín de los Estudiantes iniciaba su segunda
época, esta vez a color

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